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Tuesday, 28 March 2023

Viaje al Corazón de Venus (III)

 

ROSA SIDEREA 

La Danza Orbital entre Venus y la Tierra

© Xavier de la Huerga 2023



Venus es el planeta más cercano a la Tierra, no solo en cuanto a distancia, si no en cuanto a similitud de tamaño, hasta tal punto que algunos lo consideran nuestro 'gemelo planetario'. Entre su periodo orbital y el de la Tierra existe una exquisita relación armónica que da lugar a una estructura pentagonal, sugerente de una forma que podríamos llamar Rosa de Corazones; una elegante configuración espacial donde dos símbolos universales de la belleza y el amor aparecen entrelazados.

La pauta orbital generada por Venus, desde una perspectiva geocéntrica. Ilustración por James Ferguson, aparecida en su libro Astronomy Explained Upon Sir Isaac Newton’s Principles (1756).

Lo que estamos viendo en las imágenes encima y debajo de estas líneas es el grafismo creado por el ciclo sinódico de Venus desde un punto de vista geocéntrico. Los 5 'bucles' en el centro (marcados en la imagen inferior por puntos de color rosa) describen los momentos de máxima proximidad entre Venus y la Tierra, o conjunciones inferiores. Mientras que los 5 puntos (en verde) donde las líneas tocan el perímetro externo de este mandala floral, representan los momentos de máximo alejamiento, o conjunciones superiores. El tiempo que Venus tarda en completar esta figura es de 8 años, durante los cuales da 13 vueltas alrededor del Sol. Ya hemos visto en la Parte II de esta serie de artículos que los números 5, 8 y 13, son miembros de la Serie Fibonacci, expresión numérica de Phi.


La pauta orbital de Venus, gráfica generada digitalmente. Conjunciones inferiores marcadas en rosa y superiores en verde (Imagen: A Little Book of Coincidences. Copyright John Martineau 2001)

Recordemos aquí que las flores emblemáticas de la diosa Venus han sido tradicionalmente el mirto y la rosa, ambas con geometría pentagonal doble al tener 5 pétalos y 5 sépalos (Todas las rosas poseen originalmente 5 pétalos*, y es solo al hibridizar naturalmente o con la creación de variedades cultivadas que los estambres y pistilos mutan, convirtiéndose en pétalos y dando lugar a las populares rosas ornamentales que hoy en día llegan a tener hasta 100 pétalos). *Rosa Sericea es la única excepción, con cuatro pétalos

La rosa es, sin duda, la flor más arquetípica, mística y mítica. Llegando hasta nuestra época envuelta en un aura perfumada por el misterio a través del gnosticismo, el festival romano de Rosalia, los emblemas alquímicos y herméticos, el sufismo, el Santo Rosario, como símbolo de la Orden Rosacruz, en la ciencia heráldica, o en la antigua expresión del latín: "sub-rosa", cuyo significado denota el más alto secreto.

Flores de Mirto                      Rosa Canina                Rosa Heráldica                        Rosacruz

Los miembros de la familia botánica rosaceae, que comprende unas 3.000 especies incluyen, además de las rosas, muchos de los frutos más apreciados por el ser humano: fresa, pera, ciruela, cereza, mora... Pero sólo uno de estos posee un rango equiparable al de la rosa en cuanto a  fama, renombre mítico y tambien, por ser emblema consagrado a Venus Afrodita y al principio femenino. Una fruta con un 'árbol genealógico' que se remonta al Génesis bíblico, con una reputación que le otorga el poder de dar la inmortalidad y conocimientos divinos, y cuyas semillas aparecen nucleadas en forma de pentagrama. 


Una manzana seccionada transversalmente revela en su corazón la estrella pentalfa 

La manzana; fruta predestinada a una alegórica relación con la fuerza gravitatoria, primero precipitando la mítica 'caída' del género humano desde un 'estado de gracia' original en el Paraíso Terrenal. Milenios después, a través de su propia caída sobre la cabeza de Newton, dando lugar a ese "eureka" que instiga el paradigma del Racionalismo Científico, gatillazo de salida para la carrera tecnológica que acaba en la Revolución Industrial, la implacable desacralización de la realidad y el proceso destructivo medioambiental que alcanza su apoteosis en nuestra disfuncional era.

Esta fruta, prohibida a los mortales y procuradora de eterna juventud para los dioses, no solo aparece como elemento central en varias narrativas mitológicas relacionadas con Venus Afrodita (Jardín de las Hespérides, Atalanta y MelanionHelena de Troya...), también se la encuentra en otros contextos culturales; en romances artúricos y cuentos de hadas, sagas y cosmogonías nórdicas, leyendas celtas, etc. Siempre orbitando alrededor del arquetipo femenino: Kore, Idun, Freya, Sin, Persephone...

La Octava de Venus
 
Volviendo a la astronomía y a la armoniosa geometría danzada en el espacio por Venus para deleite de la Tierra, vamos a ver que la Rosa de Corazones, también puede ser representada como una serie de diez puntos situados simétricamente en el perímetro de dos círculos concéntricos con referencia a la eclíptica, o banda zodiacal. 

Conectando estos diez puntos entre sí, se forman dos pentagramas, como vemos en la imagen bajo estas líneas, aunque esta es solo una aproximación. En realidad, los pentagramas formados por Venus no son perfectamente simétricos, el punto señalado por cada onceava conjunción de Venus no 'cierra' perfectamente el doble pentagrama, si no que da comienzo a una nueva secuencia de diez puntos. Por lo tanto, los pentagramas rotan lentamente alrededor de la eclíptica, a un ritmo de unos dos grados cada ocho años. Algo similar a lo que ocurre en la progresión de la octava musical, cuya última nota es en realidad la primera de la siguiente octava. Continuando con esta analogía musical, el periodo de rotación del doble pentagrama de Venus alrededor de la banda del zodiaco es de 12 siglos y en una octava hay 12 notas (7 tonos y 5 semitonos).

La doble geometría pentagonal creada por las conjunciones de Venus con respecto a la eclíptica, o banda zodiacal mostrando las próximas conjunciones en Leo, Géminis, Aries, Capricornio y Escorpio. El punto número 1 marca la conjunción inferior del 6 Junio 2012 en Géminis; numero 2 marca la conjunción superior del 28 Marzo 2013 en Aries, etc.


Los armónicos de Venus con el número 5 no se limitan al pentagrama y la rosa. Ya desde la antigüedad remota, siempre ha estado dedicado a Venus el quinto día de la semana: el Viernes (del latín 'veneres', raíz etimológica de Venus). Además, durante el ciclo de 1.200 años en el que los pentagramas completan una revolución alrededor del zodiaco, se suceden cinco pares de tránsitos solares de Venus.


Octaeteris: Venus, Sol y Luna
 
Los ciclos de Venus, Sol y Luna se sincronizan (con una discrepancia de un día aprox.) al cabo de un periodo de 8 años, durante el cual transcurren exactamente 99 lunaciones y 5 ciclos sinódicos de Venus. Por ejemplo, el 5 de Noviembre del 2005 el creciente lunar y Venus aparecían conjuntados, justo tras la puesta de sol, en el signo de Sagitario. Ocho años más tarde, la Luna creciente y Venus vuelven a aparecer en intima proximidad en la misma región del cielo y a la misma hora el día 6 de Noviembre del 2013 (es decir, con tan solo un día de diferencia). Esta coincidencia asombrosa entre el año solar, el ciclo de las fases lunares y el ciclo sinódico de Venus, fue aprovechada con fines calendáricos en la antigüedad. 
 
Dentro de este ciclo de 8 años, conocido como el octaeteris en Grecia, la estructura pentagonal doble descrita por Venus en su orbita lleva de forma natural a su división en dos sub-ciclos de 4 años. Es esta bipartición del octaeteris la que determinó la secuencia de las Olimpiadas. Y los atributos arquetípicos de Afrodita, los que determinaron el carácter conciliatorio de concordia y armonía que las Olimpiadas promovían; decretándose treguas, indultos y la suspensión de toda disputa durante las mismas. Hoy día, este ciclo de 4 años, aunque olvidado su origen astro-mitológico, sigue vigente en la celebración de los Juegos Olímpicos y otras competiciones deportivas, así como elecciones, duración de mandatos gubernamentales, etc.

La Mujer de Vitruvio© Xavier de la Huerga 2007-2023

Resumen e Interpretación

Detengámonos aquí para recapitular y obtener una visión de conjunto. 
 
Una vez retiradas las impurezas que el tiempo y el hombre han adherido al significado original de estos símbolos y arquetipos, empieza a emerger una densa red de correspondencias y reciprocidades. Viene a la mente la metáfora de la Red de Indra; una red que se expande por el universo, de la que cuelgan infinitas joyas - cual telaraña cubierta con gotas de rocío - En la superficie de cada joya única, hay un reflejo de todas las otras joyas, y en el reflejo de este reflejo en cada joya, hay un reflejo de todos los otros reflejos... perpetuamente auto-similar... a través del Cosmos, Venus, el Número Aureo, filotaxis y rosas, manzanas y pentagramas, orbitas planetarias, espirales galácticas... en un autentico nudo sin fin* y sin principio... Microcosmos en el Macrocosmos.
 
¿Qué significado tiene este fascinante cúmulo de correspondencias y conexiones mutuas? ¿Debemos atribuirlo todo a la casualidad, al azar y la coincidencia? ¿O hay algún otro principio organizativo en el universo, un principio acausal que deberíamos tener en cuenta en nuestras descripciones de la realidad?  

Es el momento de presentar un concepto ya constatado hace 3,500 años en los Vedas Hindúes, al que el genial psicólogo y filósofo Karl Jung llamo sincronicidadre-definiéndolo en términos modernos como: "una coincidencia de sucesos relacionados significativamente entre sí, que sin embargo no poseen una conexión causal". Esta definición puede ser expandida, incluyendo la ocurrencia de sincronicidades no solo en el tiempo, si no en un continuo multidimensional que incluye el espacio astronómico y el geométrico, la materia inerte y la biológica, así como el substrato mítico-arquetípica de la consciencia. Esto es lo que presenciamos cuando observamos en retrospectiva todas estas correlaciones, temas comunes y correspondencias no causales, exploradas en este sucinto artículo en tres partes.

Pero hemos de dejar esta discusión hasta la publicación de Raíces Celestes, donde el desarrollo de estas ideas dentro de un contexto mucho más amplio permitirá entender mejor el alcance de sus implicaciones. Ahí ahondaremos en la relación del principio de sincronicidad con la naturaleza holográfica del universo, y en la función de la consciencia como elemento integral de la ecuación que define la realidad. 

Mientras tanto, debemos proseguir con nuestro Viaje al Corazón de Venus. Los latidos ya son audibles...





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Ecoaldea Los Portales, Sevilla. Diciembre 2023



Thursday, 10 May 2012

Viaje al Corazón de Venus (I)

COSMOS 

Resonancia Armónica, Consciencia y Propósito

© Xavier de la Huerga 2023

 
Originalmente, la palabra cosmos significaba "orden benigno" u "ornamento", e implicaba un ordenamiento estético, ético e intencional del Todo. Este "Todo" es, por supuesto, la Tierra y los cielos y todo lo que en ellos mora. La palabra cosmos en este sentido aunaba lo bello, lo bueno y lo verdadero en una misma constelación de valores que se percibían cómo inherentes en el orden universal. (Parte de este significado primordial todavía pervive en la palabra "cosmética" = técnica que deviene en un ordenamiento estético o embellecimiento). 
 
 
Durante el siglo VI a.C., el personaje semi-mítico de Pitágoras (pytha goras = buddha guru = maestro iluminado) extiende a través de sus enseñanzas este concepto trivalente del cosmos. Un eco de la vision unificada proveniente del pasado remoto y heredada a través de las escuelas mistéricas de Egipto. Cosmos viene así a definir una visión de la realidad en la cual el universo está dotado de resonancia armónica, consciencia y propósito. Es la visión pitagórica de la Música de las Esferas, del universo como sinfonía, o Armonía del Mundo, tal como fue llamada por Kepler en su revolucionario tratado astronómico. Es recuperando todo este cúmulo de significados, que la palabra cosmos va a ser utilizada a lo largo de este artículo.


Cosmocéano. © Xavier de la Huerga 2012


La Metamorfosis Diabólica de Venus

En este mismo plano de resonancias cósmicas, encontramos el arquetipo astro-mitólogico de Venus-Afrodita con sus atributos de belleza, amor, sensualidad y armonía. Su esfera de influencia comprende la música, la danza, la poesía, la emotividad, pasión y sexualidad. Su mitológico nacimiento de la espuma marina es una reverberación metafórica de la verdad primordial de nuestros orígenes - del origen de toda vida - en el útero de la matriz oceánica. Y, al mismo tiempo, de la eclosión en el cosmos del alma humana; la emanación del arquetipo de perfección armónica. Belleza, amor y verdad como campo morfogénico, moldeando la materia viva a su alrededor.

Cuando Cronos (el Tiempo) emascula a su padre Urano (el Espacio/el Cielo), sus genitales (poder generativo) caen en el útero oceánico y de su espuma nace Afrodita. Pneuma, el soplo del espíritu (en ropajes azules) imparte consciencia, mientras Gaia, la Tierra (con su manto rojo) va a revestir de materia el producto de esa fusión, que se manifiesta sobre el soporte del principio lumínico, representado en la vieira, o Concha de Venus.

En su aspecto astronómico, los epítetos Lucifer y Vesper, se corresponden con las dos fases de visibilidad del planeta Venus en su ciclo sinódico, durante las cuales alterna entre lucero del alba (Lucifer) y estrella vespertina (Vesper). Lucifer es una traducción al latín del griego Phosphoros (portador de luz), así como Vesper lo es de Hesperos (morador del oeste). Lucifer era también el epíteto de otras deidades asociadas con el principio lumínico: Aurora Lucifera, diosa del amanecer; Diana Lucífera, diosa de la luna llena...

Un denario romano muestra en su anverso la efigie de Diana Lucifera, hermana de Apolo, dios del Sol. Diana lleva una antorcha que hace honor a su título de "lucifera" o "portadora de luz". 


La transferencia del epíteto Lucifer al arquetipo judeo-cristiano de Satán tiene lugar con la traducción de la Biblia Vulgata por Jerónimo de Estridón a finales del siglo IV, concretamente, durante un pasaje en Isaías 14:12. ¿Cómo llegó a suceder esta extravagante tergiversación del significado de la palabra Lucifer? Es una larga y tortuosa historia que se remonta al conjunto de textos conocidos como la Biblia Septuaginta, y a su posterior interpretación por Orígenes de Alejandría. Curiosamente, parte de la respuesta parece encontrarse en la enconada relación entre Jerónimo de Estridón y un polémico obispo llamado Lucifer Calaritanus, cuya diócesis tenía su sede en Cagliari, Cerdenya, donde todavía se le festeja como San Lucífero. Se sospecha que fue excomulgado. De hecho, Jerónimo escribió un panfleto atacándole a él y a sus seguidores (Altercatio Luciferiani et Orthodoxi - La Disputa de los Luciferianos y los Ortodoxos).

No procede en el contexto de este breve articulo que nos entretengamos más en esta oscura saga. Sea como fuere, la demonización del epíteto Lucifer, acaba siendo un capítulo más en la historia de la devaluación del principio femenino que comienza con el ascenso de las religiones monoteístas patriarcales.

Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Ocultum Lapidem - © Xavier de la Huerga 2012

El Pentagrama: Un Símbolo Satánico?
 
Uno de los estandartes de la geometría sagrada es el pentagrama, o estrella pentalfa; un símbolo que tiene, como veremos más adelante, una profunda relación con Venus, tanto con su realidad astronómica, como con sus tradicionales atributos arquetípicos. Consecuentemente, las características asociadas al pentalfa nos devuelven al continuo temático de Cosmos: ética, estética y verdad.

El pentalfa era reverenciado por la escuela pitagórica como epítome de la perfección geométrica y manifestación visible de la belleza inmanente en el cosmos; por la armonía de sus proporciones, simetría y prodigiosas propiedades matemáticas. Los iniciados pitagóricos lo utilizan como signo de reconocimiento entre ellos y lo llaman Hygeia (griego) Salus (latín), siendo estos los nombres de la deificación femenina de las artes curativas, la farmacopea, la salud y la higiene. 

Es importante notar que las cinco letras griegas − Γ − E I fueron interpretadas como las iniciales de los cinco elementos; Y corresponde a Ydro (Agua); Γ es Gea (Tierra); E, Eyle (Calor, Fuego), la Iota es la inicial de Ieron (lo sagrado o inmortal, el espiritu) y Alfa es Aer (Aire). Esta interpretación seguramente proviene de la cosmogonía de Pherecides de Syros, maestro de Pitágoras. Su obra Pentamychos, es un tratado esotérico inspirado en la sabiduría de la tradición Fenicia, Védica y Avestana. En el se describe la creación del cosmos a partir de la semilla de Kronos (el Tiempo) depositada en cinco nichos o esquinas del universo, de las cuales surgen los cinco elementos primordiales y, subsiguientemente, todos los arquetipos y cosmologías de las diosas y los dioses. 


Anillo perteneciente a miembro de la academia pitagórica de Crotona (Siglo VI a.C). Con las inscripciones: 'SALUS' - 'YGEIA' y con la serpiente emblemática de Ygeia. Dibujo de V. Cartari en Le Imagini degli Dei degli Antichi (1647)














Hygeia-Salus nutriendo a la serpiente    

Ygeia es, en el panteón griego, la hija, hermana o consorte de Esculapio. Se la representa llevando una serpiente a la que alimenta o da de beber en un cuenco, o patera simbolizando su capacidad para nutrir y regenerar la fuerza vital.  Esta serpiente y el cuenco, junto con la serpiente enroscada en la vara de Esculapio, han llegado hasta nuestros tiempos como símbolos de la profesión médica y farmacéutica en Occidente.
 
Al igual que el epíteto Lucifer, el pentalfa ha acabado sufriendo la inversión de su significado original, específicamente desde mediados del Siglo XIX, cuando el imaginativo e influyente ocultista francés Alphonse Louis Constant (pseudónimo: Eliphas Levi) publica Dogme et Rituel de la Haute Magie, donde declara, arbitrariamente y sin ninguna base histórica, que el pentagrama con la punta hacia abajo representa al principio maligno. Así mismo, el pentagrama que Eliphas Levi coloca en la frente de su famosa ilustración Baphomet, es posteriormente incorporado (invertido) en la carta 'The Devil' del popular Tarot Rider-Waite, reforzando así la moderna asociación del pentagrama (especialmente, del pentagrama invertido) con el arquetipo de Satán. Una relación que ha sido exacerbada en la imaginación popular a través de Hollywood, los medios de desinformación de masas, y por el uso que de él han hecho personajes de tendencias egomaníacas y narcisistas, como Anton Lavey, creador de la Iglesia de Satán en 1966.


     Baphomet, Eliphas Levi s. XIX  El Diablo, Tarot Rider-Waite s. XX  Le Diable, Tarot de Marseille s. XV

Lo cierto es que antes del siglo XIX el pentalfa (cuyos primeros ejemplos aparecen en tablillas cuneiformes Babilonias de 5.500 años de antigüedad), aunque poseía atribuciones mágicas, no solo no estaba asociado a Satán, si no que se le tenía por talismán capaz de otorgar protección contra cualquier encarnación del mal. Un ejemplo de esta creencia en su poder protector, aparece en la obra maestra de la literatura Fausto, de Goethe. En la escena tercera de su primera parte, el Diablo (Mefistófeles) se ve obstaculizado por la presencia de un pentagrama, hasta el punto de que solo tras ser este roído por un ratón, es el Diablo capaz de proseguir su camino.

Es obvio que herboristas y practicantes de las artes curativas en tiempos antiguos utilizaron el pentagrama de una forma u otra. De ahí, los apelativos witchfoot (pie de bruja) y drutenfuss (pie de druida), por los que era conocido en las Islas Británicas y Alemania. Aún así, nunca fue condenado por la ortodoxia cristiana, como nos indica su aparición en incontables iglesias y catedrales a través de toda la Cristiandad y su uso extendido entre los primeros cristianos Gnósticos. Esto, junto con la ausencia de evidencia que indique que hubiera sido identificado por la Inquisición como elemento de 'culto al diablo', nos confirma la modernidad de la falacia del pentagrama como emblema de lo satánico.

         Tableta de arcilla con escritura proto-cuneiforme (Uruk/Jemdet Nasr, 3.500 a.C.) Amuleto Gnóstico Siglo III d.C.

Pero, la verdadera 'magia' que los iniciados de la antigüedad reverenciaban en la estrella pentalfa iba muchísimo más allá de su mero uso talismánico. Esta tenía que ver con la comprensión de esta figura como símbolo de la estructura elemental del cosmos - los cuatro elementos materiales y la quintaesencia espiritual -, y por ser toda su geometría una expresión de la constante matemática denominada como Proporción Áurea, la cual exploraremos en Viaje al Corazón de Venus (II).


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