Tuesday 31 October 2023


SAMHAIN/HALLOWEEN, EL CALENDARIO CELTA Y SUS RAICES PREHISTORICAS

         © Xavier de la Huerga 2023


Los celtas, en su rol de eslabón entre la prehistoria y la historia, nos han dejado el legado precioso de su calendario y la tradición de los ocho festivales sagrados. Aunque este había sido considerado hasta ahora como una invención original de los druidas (datada hace 2.500 años), recientes descubrimientos indican que el calendario celta no es mas que el vestigio de otro calendario megalítico mucho más antiguo. 

El arqueólogo Terence Meaden ha encontrado pruebas concluyentes de la existencia de un calendario prehistórico en una multitud de círculos de piedras y túmulos en Gran Bretaña (Stonehenge, Avebury, West Kenneth Long Barrow, etc) y en Irlanda (Drombeg, Knowth, Newgrange, etc) cuya antigüedad se remontaría a 5.700 años, al menos, y cuya estructura es casi idéntica a la Rueda del Año de los festivales celtas, tal como hoy es conocida. 

El método empleado por los constructores megalíticos para integrar este calendario en sus monumentos a través de la utilización de la luz solar al amanecer proporciona una gran precisión, permitiendo identificar las fechas exactas de los ocho festivales y corroborando el hecho de que se utilizó una cuenta de días regular para determinarlas (45-46 días entre cada fecha).

El Año Nuevo Celta y el Rol Primigenio de la Oscuridad

El calendario celta divide el año en dos mitades iguales; una mitad oscura, desde Samhain a Beltane y una mitad luminosa desde Beltane a Samhain. El año nuevo Celta empieza en Samhain, al comienzo de la parte oscura del año. Porqué es así? 

La cuenta de los días en la antigüedad empezaba tras ponerse el Sol, no al amanecer, o cómo dicta la convención moderna, a las 12 de la noche. Así mismo, los meses comenzaban con la fase oscura de la luna, algo todavía reflejado en la expresión "luna nueva". Esta lógica ancestral, por la cual los ciclos temporales empiezan con la oscuridad, se ve reflejada a escala cósmica en los mitos de creación universal de multitud de culturas en todo el planeta. Desde la narrativa bíblica de la "oscuridad sobre la faz del abismo" que precede al "hágase la luz" en la tradición judéo-cristiana; hasta el substrato primigenio de caos y tinieblas que los Egipcios llamaron Nun; pasando por la noche durante la que Vishnu duerme para crear el universo en su despertar; o los inframundos en las entrañas tenebrosas de la Tierra, de las que emergen los mundos de los Hopi, Zuni, Maya y otras culturas de America.

El hecho de que en la mayoría de los lenguajes indoeuropeos modernos la palabra por la que se designa un ciclo de rotación terrestre de 24 horas es "día", refuerza la identificación de este ciclo exclusivamente con su parte luminosa y nos dificulta la comprensión de esa lógica ancestral, visceral y atávica que entiende que la oscuridad precede a la luz, al igual que precede a la aparición de la vida. Es en la negrura del subsuelo en la que se genera el milagro de la animación de la semilla inerte; la penumbra del útero la que permite el nacimiento de una nueva vida.

El no tener una palabra neutral que denomine al ciclo de rotación terrestre sobre su eje y que sea inclusiva tanto de la noche como del día produce una ruptura semántica con nuestras raíces en el tiempo y con los ciclos astronómicos que conforman nuestra experiencia del tiempo; esto nos divorcia también de su dimensión mitológica y espiritual, que nos revela que la estructura de estos ciclos es esencialmente la misma tanto a escala macrocósmica como en el plano de lo metafísico. 

Es por lo tanto vital entender la importancia de la oscuridad. Samhain proporciona una oportunidad para recordar esta verdad arquetípica; para reparar y curar una de las conexiones rotas con el pasado y con una percepción orgánica y más real del tiempo y de su naturaleza cíclica. 

El Orígen Prehistórico del Calendario Celta

En total, las ocho fechas registradas en los monumentos megalíticos estudiados por Meaden siguen muy de cerca la misma secuencia con la que los ocho festivales aparecen en la Rueda del Año celta. Nótese que estos monumentos se encuentran en Irlanda y al suroeste de Gran Bretaña, tierras donde la herencia cultural celta ha sobrevivido con gran vitalidad y donde los idiomas gaélicos (Irlandés y Galés) tienen estatus de segunda lengua.

                                                      CELTA MODERNO     PREHISTORICO

Samhain                                                  1 Noviembre        5 Noviembre     Día 0                  

Alban Arthuan: Solsticio de Invierno     21 Diciembre       Idéntico             Día 46 -  46 días

Imbolc                                                      1 Febrero            5 Febrero          Día 92 -  46 días

Alban Eiler: Equinoccio de Primavera    22 Marzo             Idéntico            Día 137 - 45 días

Beltane                                                     1 Mayo                6 Mayo             Día 182 - 45 días

Alban Heruin: Solsticio de Verano          21 Junio               Idéntico            Día 228 - 46 días

Lughnasad                                                1 Agosto              6 Agosto.         Día 274 - 46 días

Alban Elved: Equinoccio de Otoño         20 Septiembre      Idéntico           Día 319 - 45 días                           

Samhain                                                   1 Noviembre       5 Noviembre    Día 365 - 46 días

En la tabla comparativa de arriba vemos las fechas del calendario celta y el prehistórico, con los dos solsticios y los dos equinoccios (los cuatro "albans", en rojo) más los cuatro "festivales de fuego" que representan los puntos intermedios entre los "albans". Si contamos los días entre equinoccios y solsticios, encontramos que las fechas de los cuatro festivales de fuego en el calendario celta moderno están separadas por periodos irregulares de 49-50 días seguidos por periodos de 40 días, por lo tanto no representan con exactitud los puntos intermedios. Sin embargo, las fechas dictadas por los juegos de luces y sombras proyectados en los monumentos megalíticos investigados por Meade, nos dan fechas casi perfectamente espaciadas en su ocurrencia a lo largo del año, con periodos de 45-46 días entre los ocho festivales.

Las discrepancias entre las fechas del calendario celta y el prehistórico se pueden deber a la cristianización de los festivales, con su consiguiente cambio de nombre y carácter, lo cual pudo estar acompañado por una modificación de las fechas para hacerlos coincidir con los primeros días del mes en el calendario cristiano. En muchos casos, estas sustituciones de los festivales precristianos se hicieron con cautela para minimizar el rechazo a la nueva religión; al igual que pasó con la destrucción o remodelación de muchos antiguos templos paganos y de sus dedicaciones, construyéndose las iglesias sobre las estructuras ya existentes y consagrándolas a Santos, Cristos o Vírgenes que reflejaban los atributos del arquetipo pagano anteriormente vigente.

Samhain: Portal Entre los Mundos

Un buen ejemplo de esta estrategia es el festival de Samhain, cuyo rol como uno de los portales divisorios del año y su cualidad liminal entre lo físico y lo metafísico, está muy cercana al espíritu de la festividad cristiana de Todos los Difuntos, o Todos los Santos (All Hallows Eve en inglés, de donde vendría Halloween); un tiempo propicio tanto para la comunicación con los ancestros y el espíritu del pasado, como para la proyección ritual de la visión interior hacia el futuro, o "adivinación" (literalmente: la elucidación de lo divino, o eterno en lo temporal). Samhain representa un portal cíclico durante el cual el velo entre los mundos es más tenue. La equivalente festividad cristiana, originalmente celebrada durante la primavera, fue trasladada en el siglo IX a su actual fecha del 1 de Noviembre.

Es interesante constatar que en Gran Bretaña el 5 de Noviembre - la fecha dada para Samhain en el calendario prehistórico - se celebra con grandes hogueras y fuegos artificiales la Noche de Guy Fawkes. Esta conmemora la detención de uno de los conspiradores católicos que intentaron volar el parlamento inglés en 1605 con el rey de Inglaterra dentro y que se supone fue descubierto guardando los explosivos en esa fecha. Sin embargo, hay historiadores que argumentan de manera muy convincente que la conspiración nunca existió y solo fue una estratagema para demonizar al catolicismo en Inglaterra, además de que se dan diferentes fechas para el descubrimiento de la conspiración. Por lo tanto, es posible que el 5 de Noviembre fuese elegido porque ya estaba arraigado como festividad pagana en las Islas Británicas y fue así mas fácil instituirlo como una celebración de la monarquía y el establishment protestante británico. Es posible entonces que la Noche de Guy Fawkes nos esté indicando la supervivencia de la fecha original de Samhain?

En cualquier caso, hay otra posibilidad que no excluye la anterior, y es la de que la celebración durase varios días. En Irlanda y Escocia hay constancia de esto, las costumbres que sobreviven   hasta hoy en día nos hablan de un periodo de 3 días. En la colina de Tara, donde hay una concentración de más de sesenta monumentos megalíticos, los reyes-druidas de Irlanda encendían en Samhain el Fuego Neid frente a un túmulo sepulcral (Mound of Hostages), cuyo pasaje central solo deja pasar la luz del sol durante los amaneceres del 6, 7 y 8 de Noviembre. La enorme hoguera era encendida colectivamente por grupos de nueve primogénitos con el método de fricción. Antes de esto, se apagaban los fuegos en todos los hogares y, tras la ceremonia, los clanes volvían a sus asentamientos con una antorcha que servía para reencender los fuegos de cada casa hasta el año siguiente. De esta manera, el fuego sagrado servía para unir a todas las comunidades, que simbólicamente recibían la nueva luz y sustento (calefacción, cocina y forja) de una misma llama compartida. 

La potencia simbólica del fuego para hermanar diferentes grupos y comunidades fue también sabiamente usada por otra cultura muy cercana a la celta; los griegos nos legaron con la viajera antorcha olímpica otra supervivencia de esa tradición milenaria que armonizaba a los pueblos y obligaba al cese de todo conflicto. Este recordatorio alegórico de la unidad primordial proporcionada por el fuego tiene por supuesto, una dimensión espiritual profunda cuando entendemos el fuego como símbolo de la esencia transcendente, la chispa divina que hay dentro de cada ser humano. 

En el seno de la oscuridad de Samhain, paradójicamente, encontramos la presencia recóndita pero eterna de la luz, y una savia vivificadora fluyendo a través de sus profundas raíces en el tiempo, una llamada ancestral desde ese pasado prehistórico en el que nuestros antepasados no estaban divididos por fronteras ni naciones y solo había una Tierra; un pasado que es, al mismo tiempo, el futuro.



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