ASTROGEOMANCIA
En Respuesta a la Llamada de la Sabiduría Ancestral
© Xavier de la Huerga 2023
Desde la segunda mitad del siglo XX se han venido produciendo una serie de hallazgos revolucionarios sobre la prehistoria que están cambiando para siempre nuestra concepción del pasado, generando un sinfín de preguntas y algunas respuestas. La formulación de la astrogeomancia es una de estas respuestas.
Algunos de los hallazgos más espectaculares, como Gobekli Tepe en Turquía – el primer templo del mundo con 11.500 años de antiguedad – han venido de la mano de la arqueología convencional. Sin embargo, los avances más significativos se deben a investigadores independientes. Profesionales y académicos que al estar situados fuera de la ortodoxia disfrutan de una superior capacidad de maniobra gracias a su enfoque multidisciplinar y a la ausencia de presión institucional. Algunos de ellos han hecho descubrimientos asombrosos que están demoliendo la condescendiente narrativa convencional sobre nuestro pasado prehistórico.
Alexander Thom, un ingeniero y catedrático de Oxford fundó sin proponerselo la moderna disciplina científica de la arqueoastronomía tras un estudio exhaustivo de más de 500 monumentos megalíticos en Reino Unido y Francia. Sus mediciones revelaron que todos los ejemplos estudiados poseían, sin excepción, una fusión exquisita de geometría y orientación astronómica de alta precisión.
Robin Heath, tras un detallado estudio del famoso monumento megalítico de Stonehenge, hizo el espectacular descubrimiento de un triángulo pitagórico - construído 3.000 años antes de Pitágoras - que a su vez está proyectado a escala ciclópea. Su descubridor lo bautizó “Triángulo de Lunación”, ya que este se puede utilizar para crear un calendario soli-lunar, aunando en su forma la geometría y la astronomía con mágica exactitud. Subsiguientes investigaciones han revelado otros triángulos pitagóricos gigantes en la geografía del Reino Unido.
Howard Crowhurst ha desarrollado en las últimas décadas un exhaustivo análisis del enorme complejo megalítico de Carnac en la Bretaña Francesa, así como de Karnac en Egipto y otros monumentos en el Reino Unido, confirmando la utilización de una impresionante técnica astro-geométrica que se remonta al Mesolítico e incluye el uso de Pi, la Proporción Aurea y otras constantes matemáticas avanzadas.
John Michell y John Neal descifraron a finales del siglo XX el sofisticado sistema de medidas megalítico, demostrando que había sido utilizado en todo el planeta y que estaba basado en el conocimiento preciso no solo del tamaño de la Tierra, sino de su forma elipsoide y del grado exacto de distorsión que la separa de una esfera perfecta. Esto, por supuesto es inconcebible para la perspectiva ortodoxa arqueológica actual (pero no por eso menos cierto). Además el núcleo de los diferentes módulos de medidas refleja proporciones armónicas musicales en todas sus variaciones. Por si fuera poco, el sistema metrológico megalítico es antropocósmico, relacionando de forma directa las proporciones del cuerpo humano con la Tierra y la Luna.
Giorgio de Santillana, Hertha Von Dechend, Dorothy M. Murdock y David Mathysen confirman en sus estudios la existencia de un sistema de metáfora celestial expresado en todas las tradiciones mitológicas de la humanidad. Su trabajo iconoclasta ha dejado claro que la narración mitológica constituye un vehículo para la transmisión del conocimiento astronómico y su dimensión metafísica. Probando de forma conclusiva que nuestros remotos antepasados conocían la precesión de los equinoccios, milenios antes de su “descubrimiento” por Hiparco hace 2.200 años.
Anámnesis: El Fin de la Amnesia Colectiva
Gracias a esos hallazgos y muchos otros que aquí no tienen cabida, las piezas del rompecabezas de nuestra memoria colectiva empiezan a encajar, revelando una imagen estremecedora en su belleza y profundidad cósmica. La verdad sobre nuestra historia ancestral está abriéndose paso, poco a poco, a través de la maraña de interpretaciones que los expertos de la ortodoxia propugnan desde el paradigma materialista científico imperante.
Las avanzadas culturas megalíticas construyeron majestuosos monumentos orientados astronómicamente, dotados de exquisita geometría, medidas y proporciones armonizadas con los ciclos cósmicos, encapsulando en sus elementos constructivos sabiduría espiritual y matemática. Estos monumentos eran simultáneamente instrumentos científicos, obras de arte y templos. Las construcciones megalíticas nos muestran una tecnología espiritual cuya función es la de alinear la Tierra con los Cielos; el microcosmos del alma humana con el macrocosmos y el alma universal - Psyche to Cosmou - tal como fue llamada por Platón en su diálogo Timeo.
Después de las anónimas altas culturas megalíticas, llegaron los iniciados de Egipto, las escuelas pitagóricas, la Academia de Platón, el Quadrivium, los constructores de catedrales góticas... La astrogeomancia continúa esta tradición perenne y proporciona una base para poner en práctica en nuestras vidas la sabiduría inmortal que, tras milenios de olvido, vuelve a aflorar ofreciendo una visión de futuro enraizada en la memoria de nuestra conexión primordial con el Cosmos.
Cursos de Iniciación a la Astrogeomancia Aplicada
Ancient civilizations are smarter than us! What happened?
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